Si tuviera que definir el viaje a Riga con un titular, sería el siguiente: "Nosotros fuimos así". Con esta frase quiero reflejar que lo que hemos vivido en la capital de Letonia ha sido totalmente familiar. Como lo define mi amigo Graña que está de Erasmus en Lituania, estos países me recuerdan a la España de la transición. Nada más lejos de la realidad, la gente no sabe nada inglés (tampoco es que ahora en España sepa demasiado), se palpa un ambiente de inseguridad y el lastre de años tan duros.
La sensación que nos transmitió es la de un país muy ruso (el porcentaje de letones es prácticamente igual al de rusos); debería puntualizar que logró la independencia de Rusia en el año 1991 (a la que perteneció durante dos
etapas diferentes: antes y después de la II Guerra Mundial, hasta dicho año). Nosotros viajamos a este país básicamente porque apenas nos costó 0,20€ (no me digáis cómo pero Ryanair puede hacerlo) y comprobamos que está un escalón más abajo que España y dos menos que Suecia, sobre todo si tenemos en cuenta la pobreza en los servicios, edificios en ruinas, transportes precarios...Si tuviera que nombrar más cosas sobre la estancia diría: la gente en general es desconfiada, no es un país tan barato como a priori se podría pensar, la zona vieja de Riga es preciosa, se vive un claro ambiente soviético, los letonesconducen muy mal, se les permite conducir borrachos y las mujeres son un tanto..."diferentes".
Y como en todos los viajes tiene que pasar algo curioso, os diré que la discoteca fue un desfase. Las mujeres insinuándose como locas y dispuestas a todo, con todo lo que "todo" significa. El vídeo es en una discoteca de Riga (llamada Essential), cortesía de Javi, que se hace mucho el sueco.
FOTO 1: vista desde la iglesia de St. Piters
FOTO 2: Freedom monument
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